Millenium

Millenium, Millenium, Millenium, Millenium. Todo aquel que haya estado mínimante atento al mundo exterior estas vacaciones estará harto de escuchar el nombre de esta saga. Pues lo siento por ellos, porque el tema va a seguir, sino con el mismo potencial, pero con más fans, entre ellos incluido Vargas Llosa, que se ha confirmado como el defensor de esta obra y ahora yo.
Durante este verano he leído la primera parte (tendré que esperar para llerme la segunda y no digamos la tercera), y, si bien hay una avalancha de críticas positivas que te hace pensar en el mejor libro de la historia, ruego que nadie las escuche porque entonces quedará decepcionado con el libro.
Magistral sí es, pero el boom es como el que Harry Potter y el Código Da Vinci vivieron en su día.
La novela relata y nos sumerge en la sociedad sueca (conocida mundialmente como igualitaria y pacífica) que nada tiene que ver con el estereotipo que se tiene de ella.
Se dan cita violadores, asesinos, maltratadores y estafadores en una historia que tiene como protagonistas a Mikael Blomkvist, un periodista maduro (alter ego de Stieg Larsson) que ha sido condenado por difamación contra el multimillonario Hans-Erik Wennerström y a Lisbeth Salander, una joven veinteañera antisocial y experta hacker. Hasta las 400 páginas no se encontraran estos dos personajes para desenmascarar un asesinato ocurrido 40 años atrás, propuesto inicialmente a Blomkvist por el empresario Henrik Vanger, pero, al ver lo difícil del caso, no duda en pedir ayuda.
Un buen libro para aquel que quiera pasar un buen rato que no se le olvide jamás.